Casi todo en nuestras vidas está determinado por el punto de vista. Todos tenemos una opción, siempre.
Podemos construir nuestros propios modelos del "Mundo del Emprendimiento", ya sea con dispositivos artísticos o con métodos científicos.
La ciencia se caracteriza por un tema de estudio bien conocido y bien definido, por la lógica generalmente conocida de un determinado tema y por los medios ya existentes para resolver los problemas relacionados con este tema.
¡Nada de esto existe en el arte!
Y este es el origen del principal conflicto en el seno del emprendimiento: el conflicto entre el problema y los métodos para solucionarlo. Son incompatibles en casi todos los casos. Por su naturaleza, el emprendimiento está mucho más cerca del arte y la creatividad que de la ciencia.
Podemos observar que, en las fábulas o los cuentos de hadas, la trama se desarrolla de manera tal que le permite al lector visualizar o imaginar diferentes escenarios que le exigirían encontrar soluciones a tareas muy específicas.
Este enfoque hace posible encender la creatividad del lector, alentando a la persona a pensar fuera de la caja estereotípica de resolución de problemas y encontrar soluciones en un nivel alegórico, al estilo de una fábula, soluciones que luego pueden trasladarse con éxito a la realidad empresarial.
Aquí hay otro factor importante por el cual elegí el género de la fábula: las tareas planteadas deben resolverse en el marco de la fábula y su trama. No son problemas reales que la persona enfrenta en tiempo real y que consumen toda su atención como un agujero negro.
Además, una fábula puede centrar la atención del lector en ciertos factores significativos, pero también "sutiles". Por ejemplo, según una leyenda fabulosa, Genghis Khan desterró a un comerciante que intentó venderle mercancías al gran emperador. Sin embargo, otro comerciante distinto que le ofreció regalos fue recompensado diez veces. A diferencia de un producto en venta, que es impersonal, un regalo siempre simboliza amistad y una actitud amable.
Claramente, las fábulas pueden llegar a los rincones más profundos de nuestros sentimientos y emociones.
Nuevamente, en este sentido, podemos encontrar una gran gama de analogías dentro del mundo del emprendimiento. Creo que hoy en día el concepto de emprendimiento está cada vez más entrelazado con los conceptos de creatividad y de arte. En el arte, al igual que en el emprendimiento, no se puede separar el "Quién" del "Qué" al juzgar ciertas actividades o acciones. No se puede comparar el realismo con el cubismo, simplemente se tiene que elegir uno. En el arte, el pintor maneja brochas y pinturas, el escritor se torna hacia la magia de las frases y las palabras, el músico evoca notas y acordes. Los emprendedores tienen ante sí mismos una paleta de percepciones de valor – cómo los clientes perciben sus productos y servicios. Sin espectadores, oyentes ni lectores (en otras palabras, sin público), nada de esto tiene sentido, así como el emprendimiento carecería de sentido si no hubiese nadie participando en la interacción.